TARRAGONA, ESPAÑA. No deja de emocionarme ver a cada inicio de curso cuando veo un grupo de jóvenes que desean ser EDUCADORES. ¿Son conscientes de la importancia de su futuro trabajo? ¿Qué mundo desean crear? Cada uno trae una historia y todas convergen en un espacio y tiempo: nuestra aula. Participo en el equipo docente de la materia Habilidades Comunicativas de la Facultad de Ciencias de la Educación i Psicología de la Universitat Rovira i Virgili. Es una materia que se imparte en primer curso a alumnos de grado de Educación Infantil y Primaria, Pedagogía i Educación Social. Cada curso, en los tres grupos en los que imparto docencia, tengo aproximadamente 240 estudiantes. Hago cuentas y pienso que, si cada uno de ellos llegara a trabajar y tuviera una media de 25 estudiantes… cada año 6.000 vidas se verían indirectamente influenciadas por lo que hablamos en clase. Me tomo este número muy en serio, porque creo que fundamentalmente la función docente consiste en transformar el mundo en un lugar mejor para vivir y amar.
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